Por Claudia Arriola
¿Y ahora cómo lo protejo de la homofobia ? 1 ¿Cómo lo ayudo a enfrentar la sociedad? ¿De dónde sacará fuerzas para aceptar el rechazo? ¿Cómo adaptar a la familia para que la unidad y la convivencia sigan su curso actual? Soy una madre de familia; como muchas de ustedes me dedico al hogar y a cuidar de ella. El mayor de mis hijos tiene una orientación sexual “diferente” -como muchos dirían- es gay, pero aún no ha tenido la confiaza suficiente para platicarlo con nosotros, sus padres. “Yo lo único que sé es que tengo un hijo diverso, que tiene los mismos derechos de los demás ciudadanos, incluído el de llevar una vida digna”. 2
La homosexualidad no es una enfermedad; desde los años 70 fue eliminada del manual de psiquiatría como trastorno mental y la reacción de los padres debiera ser de apoyo total hacia su hijo. No obstante, no siempre es fácil aceptar la homosexualidad de un hijo y controlar el miedo por lo que la sociedad pudiera hacerle, por las creencias religiosas, por la homofobia, por la posibilidad de que lo agredan física y emocionalmente -y más aún- el miedo a no romper con los lazos familiares. Somos adultos, padres, madres, tíos y demás, quienes determinamos cuáles son los paradigmas dentro de los cuales se mueve la sociedad.
En su interior, el joven puede sentirse confuso y poco preparado para hablar con sus familiares, aunque desee hacerlo. El miedo a decepcionar a sus padres, a "hacerles daño", a no sentirse aceptado y que esto revierta en una pérdida de amor está presente muchas veces. En cualquier caso, es mejor ser cuidadosos para no invadir su intimidad. No te culpes, solo responsabilízate con hacer lo mejor para él. Lo primero es aceptarlo, quererlo, pero a la vez guiarlo por el camino de la madurez. Hablar con un profesional, tanto tu hijo como los padres e incluso los hermanos, promoverá una sana comunicación y fomentará que se sientan seguros de sí mismos, logrando una convivencia familiar óptima para todos.
